De tu obra nueva hay un primer capítulo titulado «El bosque multiplicado». Elige una foto y comenta una foto que haya tenido especial atención en la última exposición que hiciste bajo este mismo título.

Es difícil señalar una única foto pues es casi imposible conocer la reacción de todas las personas que ven una exposición. En mi caso, sólo estuve presente el día de la inauguración y los comentarios de la gente fueron muy buenos pero no hubo una fotografía por la que se decantase un número más elevado de personas. O al menos yo no lo percibí. He escogido esta porque es un buen ejemplo de la muestra (en la cual no se expuso todo el porfolio) basada en la técnica de las exposiciones múltiples y tomando como sujeto el bosque, de ahí el nombre del porfolio (y de la exposición): El Bosque Multiplicado.


Esta imagen en cuestión sigue la tónica del resto de fotografías que estuvieron  expuestas en la galería PhotoGallery 20 de Bilbao. Es una toma de abajo hacia arriba dentro de un bosque asturiano y la geometría que se forma se debe a las cuatro exposiciones que se superponen sobre el mismo trozo de película. Supone un nuevo enfoque a la tradicional vista de los árboles convergiendo en el centro de la imagen y una aproximación un poco más abstracta al bosque y a la propia fotografía de naturaleza que había practicado hasta hace unos cinco años.

Hay un título entre tus libros que me llama especialmente la atención como editor y como aficionado a la fotografía y es «Crónicas de un fotógrafo desconfiado». ¿Por qué este título?

La palabra desconfiado no solamente se refiere al recelo sino también a la cautela y a la precaución. Después de años haciendo fotos y de contacto con fotógrafos, galeristas, editores y gente relacionada con la imagen, uno se da cuenta de que muchas certezas se disuelven en el jugo de la realidad, los balances económicos, las amistades, los contactos y la pequeña lucha por sacar la cabeza en un universo, el de la fotografía, donde la demanda supera con creces a la oferta. Quería haber utilizado en el título del libro la palabra escéptico −que me gustaba más−, pero no sonaba demasiado bien y elegí desconfiado. No se trata de desconfianza hacia las personas, sino una mera precaución en el sentido de que no es oro todo lo que reluce y que muchas cosas tienen un trasfondo que choca frontalmente con muchas de las ilusiones y los sueños que invaden nuestra cabeza cuando decidimos convertirnos en fotógrafos.


En lo que llamas «obra nueva» en tu página web presentas un segundo capítulo, «Cuando el océano sueña». Tengo la sensación de que tu obra busca un nuevo estilo, llamemos impresionista, poético…¿Es el camino que lleva «más allá de la luz»?

Comparando el apartado de archivo con el de obra nueva, creo que es evidente que busco un nuevo tipo de imagen pero sin renunciar a la naturaleza. Me sigue gustando salir al campo con la cámara y cuando decidí que había que darle un nuevo giro a mi producción fotográfica, una de las cosas que tenía claro es que quería seguir fotografiando el mundo natural. Las nuevas imágenes son, en efecto, más impresionistas, puede que más poéticas, pero sobre todo pretenden romper la dependencia de los lugares y situarse en un terreno donde los enclaves se difuminen y cedan el protagonismo a la imagen, a su estética y a la reacción del espectador. En realidad no se trataba de crear una obra imprecisa y poco definida, sino de darle el punto justo de abstracción para que pudiese reconocerse el sujeto principal de la imagen pero sin que la realidad se mostrase de forma tan evidente como antes. Ya he fotografiado demasiados lugares reconocibles, así que era hora de profundizar un poco en lo que llamamos fotografía de paisaje. En el fondo no deja de ser un ejercicio de investigación en el que sigo inmerso, y que espero que siga dando frutos tan interesantes (al menos para mí) como mis dos primeras series de exposiciones múltiples.

Tu último libro se titula «Así trabaja el fotógrafo». ¿Compartes tu técnica con los aficionados a la fotografía?

Mi técnica es bastante simple así que nunca he tenido reticencia a compartirla con quien quisiera conocerla. Pero precisamente porque supedito el aspecto técnico al creativo, casi no he escrito acerca de cómo hago las fotos. Sigo pensando que el por qué es mucho más interesante que el cómo, así que apenas escribo sobre los aspectos técnicos de mi obra. En el citado libro explico algunos detalles de cómo trabajo pero sin pretender que sea un manual técnico. El libro es más bien una pequeña historia de cómo y por qué he ido creando mi obra a lo largo de los años.

Al entrar en tu web y después de tu nombre y definirte como fotógrafo de la naturaleza, escribes «beyond obvious». ¿Qué quieres comunicar con esta expresión?

El mundo natural está ahí delante de todos nosotros. Todos podemos ver el colorido del otoño, el verdor del bosque y las montañas nevadas. Un fotógrafo ha de aprender a ir más allá de las apariencias, a mirar por debajo de lo que se nos muestra a primera vista. Si no fuese así todos haríamos las mismas fotos. Lo que diferencia a los grandes fotógrafos del resto es su capacidad para extraer de la realidad esos momentos o aspectos de la realidad que para los demás pasaron desapercibidos. Con el mundo natural pasa lo mismo: uno de saber mirar más allá de lo que llega a sus retinas y de lo que le dictan todos los estereotipos que tenemos almacenados en nuestra cabeza y que tienden a señalarnos una serie de caminos excesivamente pisados. Es difícil, pero al menos hay que intentarlo.

¿Cual es la foto que más has vendido entre tus seguidores?


Yo he vendido muy pocas fotos, así que resulta un poco complicado señalar alguna en concreto. De todas formas, he seleccionado una fotografía de la que vendí hace ya unos cuantos años tres copias. Al fin y al cabo creo que no he vendido más de tres copias de ninguna de mis imágenes. Aún así, no me quejo. Sigo haciendo lo que me gusta y fotografiando lo que me apetece, lo cual ya es bastante satisfactorio.

Fernando Puche expone regularmente desde el año 2000 tanto en España como en varias muestras colectivas en el extranjero (Estados Unidos, Rusia, Argentina). Sus imágenes y artículos han aparecido en publicaciones de renombre de este país, así como de Estados Unidos o Finlandia. Desde el año 1999 da conferencias por toda la geografía española y desde el año 2007 imparte talleres y cursos sobre creatividad en la fotografía de naturaleza. En al actualidad tiene cinco libros publicados.

Fernando Puche, agosto de 2011
www.fernandopuche.net

3 COMENTARIOS

  1. Buen trabajo Fernando y preciosas fotos. ¿La imagen del bosque hablas de exposición múltiple? ¿Me lo puedes explicar? Me encanta el resultado.
    Gracias
    M

  2. Ya que nadie te lo ha explicado, la múltiple exposición se trabaja haciendo varias obturaciones (disparos) y mezclándolas en un solo fotograma. En cada toma se cambia la orientación de la cámara para conseguir la simetría que muestra la obra de Fernando. Se puede hacer con algunas cámaras Nikon y con la Canon EOS 1DX (también con Photoshop).
    Si tu cámara no te lo permite, dependiendo de la luz de la escena y con largas exposiciones puedes conseguirlo:
    – con poca luz, expones y cada fracción del ciclo de tiempo mueves la cámara, y así hasta completar el ciclo.
    – con más luz, con un filtro de densidad neutra (ND)

    Estas dos últimas opciones requieren larga exposición (modo Bulb normalmente). Entre giro y giro de cámara, conviene tapar la lente con una cartulina negra mate.

    Espero haberte ayudado.

    Saludos.

    Raúl.

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