En “Foto a Foto 05” Tomás M. Bogónez resume todas las técnicas del procesado

Acabas de colaborar en el libro de David Santiago “Foto a Foto 05”. Aunque resulte difícil, ¿qué foto destacarías desde tu punto de vista?

Es muy difícil elegir, todas son extraordinarias, pero si hay que elegir una, esta es la de la duna 45 de Namibia y la acacia. Es la fotografía que abre el libro y está incluida en las técnicas de procesado en las páginas 198 y 199.

Esta fotografía con tan pocos elementos divide la imagen en dos partes opuestas, cromáticamente, e incluso si me apuras, también espiritualmente; es el resumen de la dualidad. David con muy buen criterio incluyó la acacia en el lado oscuro para romper la monotonía de esa zona y darle vida al añadir un elemento cercano al hombre. A mi me parece de una sencillez y una profundidad espectacular.

¿Cómo  fue trabajar juntos?

La primera vez que vi a David fue en un concurso local de fotografía de naturaleza. El formaba parte del jurado y yo me presentaba como concursante; obtuve un primer premio.

Varios meses después coincidimos en la Agrupación Fotográfica de Guadalajara y al reconocernos, empezamos a charlar y quedamos para hacer unas pruebas con diapositiva y digital. A partir de ahí poco a poco fuimos cada vez saliendo con más frecuencia, hasta que decidimos preparar unos talleres de fotografía.

Pero desde hacer un taller de fotografía, hasta compartir un libro hay un largo camino. ¿Cómo surgió la idea del libro y cómo llegáis a JdeJ Editores?

Desde que hicimos el taller de fotografía, estuvimos siempre pensando en hacer algo en común que no fuera lo típico de los cursillos. Pensábamos, que complementando nuestros conocimientos podíamos ofrecer al aficionado un conjunto eminentemente práctico, poniéndonos en su lugar y pensando que es lo que nos gustaría que nos contaran a nosotros.

En esta línea empezamos a pensar en un libro de fotografías espectaculares, pero accesibles. El gran conocimiento de David de los rincones de España, su experiencia y su profundo conocimiento de la fotografía eran decisivos para el fin que queríamos.

Comenzamos a trabajar sobre la idea y a barajar como podríamos publicar un libro de esas características. Fue en El Camino de Santiago, donde lo maduramos y se nos ocurrió que la colección de FotoRuta, que ambos conocíamos porque habíamos comprado los dos primeros volúmenes, podría ser el entorno adecuado. Se puso David en contacto con Javier de Juan, editor de la colección, concertamos una entrevista y nos presentamos con una maqueta del proyecto. Javier nos acogió y le pareció muy buena la propuesta.


Las máquinas de fotos cada vez son más completas, con más opciones para dejar la foto terminada directamente en ellas. ¿Por qué necesito tener un programa para editarlas?

Los ajustes realizados en las cámaras resultan pobres, y pueden en muchas ocasiones no ser efectivos porque se hacen antes del disparo. Los controles relacionados con la edición, tales como color, nitidez o saturación afectan al conjunto de la imagen, mientras que un programa de edición (sin entrar en las posibilidades de manipulación creativa) permite hacer ajustes localizados y por zonas, además de que estos se realizan después del disparo, lo que permite analizar la imagen y por tanto decidir que se puede o se quiere hacer.

Hay muchos programas en el mercado para editar fotografías, para un aficionado medio ¿Qué características son las imprescindibles para elegir uno?

Tenemos tendencia a usar los programas más sofisticados del mercado solo “por tener lo mejor” sin darnos cuenta que la mayoría de las veces no usamos ni el 10% de las posibilidades del programa. En el mercado hay decenas de programas para editar imágenes, y todos ellos tienen las funciones básicas, con un comportamiento casi similar y de resultados comparables, incluso muchos de ellos son con licencias GNU (software libre).

Volviendo a la pregunta; no voy a enumerar las necesidades en cuanto a las posibilidades de la edición puramente estéticas de la fotografía, ya que esta parte la incluyen todos, pero hay una que es muy importante, y se refiere a la posibilidad de organización, control, etiquetado, filtro y búsqueda de las imágenes, concretamente a la parte de base de datos y manejo de ficheros. Esta es una de las premisas principales, que tenga la capacidad de gestionar la parte administrativa de las imágenes. En cuanto a las características de edición fotográfica, considero muy necesario la posibilidad de poder aplicar ajustes locales y por zonas.

Imagen RAW
Imagen Procesada
Cuando se editan las fotografías, aparecen los datos de como se ha tomado y en qué condiciones estaba la máquina, pero hay espacios vacíos en los que se puede escribir. ¿Estos qué son y para qué sirven?, ¿Son necesarios para editar la fotografía?

Precisamente estos espacios son los campos administrativos de la fotografía. Hay dos grupos principales: los EXIF y los IPTC. Los primeros se “rellenan” automáticamente porque básicamente contienen la información de el equipo utilizado y su propietario, así como los ajustes y configuración de la cámara.

Los que suelen estar vacíos son los segundos, los IPTC, y es así, porque en ellos el fotógrafo puede colocar los datos relativos a su propiedad intelectual, sus datos personales, el lugar y la descripción del sitio donde se ha realizado la toma y el contenido de la fotografía. Además desde el punto de vista de organización, nos permiten asignar palabras clave y texto descriptivo, que después se utilizará para hacer un seguimiento a través de las bases de datos y de los motores de búsqueda de los programas de edición.

El significado de los acrónimos es el siguiente: EXIF (Exchangeable Image File Format); IPTC (International Press Telecommunicati Council).

La respuesta a la segunda parte de la pregunta es que no son imprescindibles para editar la fotografía y dejarla estéticamente bien, pero son muy necesarios (cada vez más debido a la cantidad de imágenes que hacemos) desde el punto de vista organizativo. A nivel profesional si son imprescindibles, ya que comercialmente deben figurar los datos relativos a los derechos de autor y propiedad intelectual.

Imagen RAW
Imagen Procesada

Cada vez se habla más de los archivos RAW, sin embargo la mayoría de las cámaras de aficionado hacen las fotos en JPEG, siendo además este formato el que se utiliza en todos los medios. ¿Cuál es la diferencia?

Es cierto, a medias, que muchas cámaras de aficionado no incluyen la posibilidad de hacer fotografías en modo RAW, principalmente esta afirmación se refiere a las cámaras compactas, mientras que las réflex clásicas y las nuevas sin espejo tiene la posibilidad de hacer RAW.

La ventaja del formato RAW es tajante, es el único formato comercial que contiene toda la información de la imagen capturada. Esto quiere decir que lo que el sensor de la cámara captó a través del objetivo es lo que tenemos a nuestra disposición para hacer el procesado de esa imagen. Realmente hay una intervención de los datos por parte del fabricante, que en teoría deben de ser inocuos, para pasar los valores fotoeléctricos del sensor a datos manipulables. Por tanto las posibilidades de edición son totales.

El formato JPEG tiene la ventaja de que reduce mucho el tamaño del archivo, manteniendo una calidad suficiente, de ahí su difusión en Internet, pero desde el punto de vista de la edición, su principal inconveniente es que para reducir el tamaño, se producen recortes en los datos que se traducen en pérdidas irrecuperables de la información, por lo que el procesado es más deficiente que con RAW.

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