La fotografía analógica, lejos de ser un vestigio del pasado, vive una auténtica segunda juventud. En una era dominada por la inmediatez de la fotografía digital, el proceso pausado, artesanal y reflexivo de la cámara analógica y el carrete vuelve a conquistar a fotógrafos de todas las generaciones. En este nuevo artículo del Blog de Fotoruta, vamos a explorar el universo de la fotografía analógica, un sistema que mantuvo su hegemonía hasta bien entrado este siglo.
Para los más jóvenes, y para aquellos que quieran recordar sus encantos, vamos a repasar su proceso y formatos, sus ventajas y desventajas o las herramientas esenciales, sin olvidarnos de su lugar en la actualidad.
¿Qué es la fotografía analógica?
La fotografía analógica es el método tradicional de capturar imágenes utilizando películas fotosensibles, también conocidas como carretes, en lugar de sensores digitales. En una cámara analógica, la luz atraviesa el objetivo y se proyecta sobre la película, donde queda registrada como una imagen latente. Esta imagen no es visible hasta que la película se somete a un proceso químico de revelado, generalmente en un cuarto oscuro, que transforma la información latente en un formato físico y tangible,
Por tanto, y a diferencia de la fotografía digital, donde la imagen se almacena en una tarjeta de memoria y puede verse al instante, la fotografía analógica exige paciencia y precisión, ya que el resultado final solo se revela tras completar todo el proceso químico.

Del disparo al papel
En líneas generales, el flujo de trabajo de la fotografía analógica consta de cuatro pasos:
- Carga del carrete: Se introduce la película en la cámara analógica, asegurándose de que quede correctamente enganchada para evitar velados accidentales.
- Toma de fotografías: Cada disparo expone la película a la luz, formando una imagen latente que aún no es visible.
- Extracción y revelado: Una vez terminado el carrete, se extrae y se lleva al laboratorio o se revela manualmente en un sitio oscuro. El proceso de revelado implica el uso de químicos específicos (revelador, baño de paro y fijador) para hacer visible y permanente la imagen en la película.
- Positivado: Si se desea obtener copias en papel, el negativo se proyecta sobre papel fotosensible y se repite un proceso similar de revelado.
Este proceso, especialmente en la película en blanco y negro, es más sencillo que el de color, ya que las emulsiones tienen menos capas y requieren menos pasos químicos.
Formatos y tipos de cámaras analógicas
La fotografía analógica abarca una amplia variedad de cámaras y formatos, cada uno con sus particularidades:
- Cámaras compactas: sencillas, ligeras y de objetivo fijo, ideales para fotografía casual.
- Cámaras réflex (SLR): permiten el intercambio de objetivos y mayor control manual, siendo las preferidas por aficionados avanzados y profesionales.
- Cámaras de formato medio y gran formato: utilizan películas más grandes ) como 120 o placas), ofreciendo mayor calidad de imagen y detalle.
- Desechables: Cámaras de un solo uso, muy populares antaño en eventos o viajes.
En todos los casos, el carrete es el elemento esencial: un rollo de película que puede ser en blanco y negro o en color, y que determina tanto la cantidad de fotos posibles como la estética final de la imagen.

El pilar de la fotografía analógica
La película en blanco y negro representa el primer escalón de acceso a la fotografía analógica. Su proceso de revelado es más accesible y permite un control artesanal sobre el resultado. El fotógrafo puede experimentar con diferentes papeles, químicos y técnicas para obtener efectos únicos, como virajes o coloreados.
El blanco y negro resalta la textura, el contraste y la composición, eliminando las distracciones del color y permitiendo centrarse en la esencia de la imagen. Por ello, sigue siendo una elección recurrente tanto en la formación de fotógrafos como en proyectos artísticos contemporáneos. Para saber más de sus posibilidades, te recomendamos leer nuestro post sobre la Fotografía Vintage.
Fotografía analógica vs fotografía digital
Si no tienes claro si deseas iniciarte en la fotografía analógica, tal vez este cuadro comparativo te ayude a obtener una perspectiva de sus posibilidades.
Característica | Fotografía analógica | Fotografía digital |
Soporte de captura | Carrete o película | Sensor digital |
Visualización instantánea | No, requiere revelado | Sí, en pantalla LCD |
Edición posterior | Limitada, principalmente en laboratorio | Amplia, con software de edición |
Coste por disparo | Alto (carrete y revelado) | Bajo (almacenamiento digital) |
Batería | No siempre necesaria | Siempre necesaria |
Textura y estética | Única, con grano y color característicos | Variable, depende de la cámara y el procesamiento |
Proceso | Químico y artesanal | Digital y automatizado |
Herramientas y materiales esenciales
Para practicar fotografía analógica debes participar en el proceso de principio a fin especialmente si no quieres recurrir a un laboratorio externo para revelar tus trabajos, con el elevado coste que esto supone. Para hacerlo tú mismo, debes contar con algunos elementos básicos:
- Cámara analógica: Puede ser compacta, réflex, de formato medio, etc.
- Carrete o película: En blanco y negro o en color, de diferentes sensibilidades y formatos.
- Tanque de revelado y espirales: Para revelar la película en casa.
- Químicos de revelado: Revelador, baño de paro y fijador.
- Cuarto oscuro o bolsa estanca: Para manipular la película sin exponerla a la luz.
- Papel fotográfico: Si deseas realizar copias físicas en blanco y negro.
Si deseas experimentar con la fotografía en blanco y negro pero no te atreves a probar con las técnicas analógicas, te recomendamos el libro Fotografía digital en blanco y negro, una obra de Gabriel Brau Gelabert, una obra que aborda de una manera sencilla y didáctica, las nuevas técnicas de fotografía digital para obtener imágenes en blanco y negro, desgrananndo minuciosa y gráficamente, aspectos tan importantes como el concepto de visión fotográfica, el procesado de un archivo raw, los nuevos métodos de conversión monocromática, o las técnicas de tratamiento de una fotografía en blanco y negro, a través del «laboratorio digital».
Creadores de arte analógico
En la era digital, la fotografía analógica sigue viva gracias a una nueva generación de fotógrafos que han decidido trabajar exclusivamente con cámaras analógicas y carretes, reivindicando el proceso manual y la estética única de la película en blanco y negro o color. Te recomendamos que eches un vistazo al trabajo de fotógrafos como Jill Schweber, Leanne Surfleet o Lily Brown. Son tres ejemplos de los muchos artistas que han hecho de la cámara analógica y el carrete no solo su herramienta, sino el eje central de su discurso visual, demostrando que la película los procesos tradicionales siguen teniendo un lugar destacado en el arte contemporáneo.

El resurgir de la fotografía analógica: ¿moda o tendencia duradera?
Que estés leyendo este post es la prueba de que, en la actualidad, la fotografía analógica ha experimentado un renacimiento. Muchos jóvenes y profesionales redescubren el encanto de las cámaras tradicionales, buscando una alternativa a la saturación de imágenes digitales. El carácter único de cada negativo, la imprevisibilidad del proceso y la estética vintage han convertido la fotografía analógica en un fenómeno cultural y artístico relevante.
Marcas históricas han relanzado modelos clásicos y se han creado comunidades y laboratorios dedicados al revelado y la enseñanza de técnicas tradicionales. Aunque la fotografía digital sigue siendo dominante por su inmediatez y versatilidad, la fotografía analógica se ha consolidado como una opción artística y formativa de gran valor.
Parece, por tanto, que la fotografía analógica es mucho más que una técnica obsoleta: es un arte que invita a la reflexión, la experimentación y el disfrute del proceso. El uso de la cámara analógica, el carrete y la película en blanco y negro ofrece una experiencia única que sigue cautivando a fotógrafos de todo el mundo. Frente a la inmediatez de la fotografía digital, la fotografía analógica reivindica el valor de la espera, la sorpresa y la autenticidad. En definitiva, lejos de desaparecer, la fotografía analógica se reinventa, demostrando que el arte de capturar la luz sobre un carrete sigue teniendo mucho que ofrecer en la era digital.