¿Cómo surgió este proyecto y cuál es el mensaje principal que quieres compartir con los lectores?

Llevaba tiempo ofreciendo a través de mi web algunos ebooks y cursos online sobre fotografía gastronómica especializada en dulces y postres y, me propuse como objetivo dar un paso más y publicar un libro.

Estaba convencida de que un libro físico podría ser una muy buena oportunidad para llegar a un público más amplio y ayudar a más personas a mejorar la calidad de las fotos de sus productos y recetas, consiguiendo resultados dignos de una revista o un libro de cocina.

El mensaje principal que quiero compartir con los lectores a través de este libro es que cualquier persona apasionada por la fotografía y la gastronomía tiene la capacidad de crear fotografías mucho más atractivas, independientemente de la cámara que utilicen, incluso si es la de su teléfono móvil.

Quiero que los lectores tengan mucha más confianza a la hora de capturar lo ricos que son los dulces en sus fotografías, sin importar el equipo que tengan a mano. Mi objetivo es proporcionarles las técnicas y conocimientos necesarios para lograr este objetivo y mejorar sus habilidades fotográficas en el ámbito gastronómico.


¿Por qué tu iniciación y dedicación al mundo de la fotografía?

Mi historia con la fotografía es bastante sencilla: siempre me ha gustado los temas artísticos y creativos en diferentes formas. Desde pintar con acuarelas hasta tocar la guitarra o incluso meterme en clases de cocina; tanto de pequeña como ya de adulta he estado buscando maneras de expresar mi creatividad.

Además, a lo largo de los años, tuve la oportunidad de trabajar con varios clientes del sector de la fotografía, ayudándoles con sus estrategias de marketing mientras trabajaba como freelance o en agencias de publicidad.

Pero lo que realmente encendió mi interés por la fotografía llegó cuando decidí apuntarme a un curso anual de fotografía que organizaba el Aula de Cultura de mi barrio. Siempre trato de buscar alguna actividad creativa extra para hacer cada año, y esa vez me decidí por la fotografía.

Lo que comenzó como un simple pasatiempo sin grandes pretensiones se convirtió rápidamente en una especie de obsesión por seguir aprendiendo más y más.

A medida que me adentraba en el mundo de la fotografía, mi interés se fue inclinando hacia la fotografía gastronómica y de producto, y finalmente me especialicé en capturar imágenes de dulces y postres.

Lo que me gustaba de esa especialización es que podía hacer las fotos sin salir de mi casa cuando quisiera. Y los postres, además, eran agradecidos de fotografiar por sus colores y texturas y porque no se enfriaban ni estropeaban tan rápido como otro tipo de comida (y, de paso, podía cocinar y probar cosas ricas).


¿Qué aporta al mercado en el mundo de la fotografía tu enfoque editorial? ¿A quién va dirigido este libro?

Mi enfoque aporta una perspectiva única y accesible para cualquier persona interesada en la fotografía y los dulces. Este libro está dirigido a un público diverso que incluye reposteros, pasteleros, cocineros, nutricionistas, creadores de contenido, community managers, fotógrafos que deseen entrar en la fotografía gastronómica y también a aquellos que sean aficionados a la gastronomía o la fotografía y quieran mejorar sus habilidades para capturar imágenes espectaculares de dulces y postres.

Lo que diferencia a este libro es que no se enfoca exclusivamente en las herramientas puramente técnicas, sino que se sumerge en conceptos generales de la fotografía, aplicados al ámbito de los dulces y postres. Este enfoque práctico permite que los lectores puedan utilizar cualquier cámara, incluyendo la de sus teléfonos móviles, para conseguir hacer fotos atractivas y de alta calidad.

Por eso, dentro encontrarás que el libro está dividido en 2 partes:

Una primera parte más teórica dónde te explico los 5 pilares de la fotografía gastronómica de dulces y postres para que sepas cómo hacer fotos superatractivas con cualquier cámara que tengas (incluso la de tu móvil).

Y una segunda parte donde después podrás ver, a través de 50 de mis fotografías, ejemplos concretos con su explicación -basada en esos pilares de la primera parte- de cómo hice cada una de ellas, para que te inspires y puedas replicar conceptos, adaptándolas a las tuyas.


¿Qué fotógrafo elegirías como inspirador en la especialidad de fotografía de postres y dulces?

Para mí, todos mis profesores de fotografía han sido fuente de inspiración. No podría mencionar solo a uno, pero aquí te dejo algunos ejemplos de referentes que admiro.

Por ejemplo, Kimberly Espinel ha sido una de mis mentoras en el campo de la fotografía gastronómica. Me encanta cómo juega con la luz natural y el color en sus fotos.

Luego tenemos a Anja Burgar, otra de mis profesoras que admiro por su habilidad para trabajar de manera profesional con la luz artificial y su versatilidad al tomar fotos con flash sin que parezca que lo está usando.

Y, por último, aunque no es la única en mi lista, Eva Kosmas Flores, otra de mis profesoras a la que admiro. Me fascinan las atmósferas tan acogedoras que logra capturar en sus fotos.


¿Qué imagen te ha costado más tiempo y dificultad?

Creo que, sin duda, esta foto del bizcocho de remolacha fue todo un reto. Y lo fue por 2 cosas.

El primer reto fue cocinar el bizcocho y hacer el glaseado. Era la primera vez que hacía la receta y no me quedó tan bien como me hubiera gustado; el glaseado no terminaba de espesar al punto que yo quería para que saliera bien ese chorro de la cuchara.

Y, por otro lado, hay que tener en cuenta, que en la mayoría de fotos que hago, estoy yo sola. O sea que tengo que hacer de “modelo” o sujetar la cuchara con una mano, como en este caso, mientras disparo la foto con la otra.

Como en esta foto quería congelar el movimiento y que ese chorro no fuera totalmente recto, tuve que hacer varias fotos en ráfaga y varias tomas hasta que salió la que yo quería. Recuerdo haber dedicado toda una tarde y noche, probablemente hasta la una de la madrugada, para acabar esta sesión.

Foto del bizcocho de remolacha

Cuéntanos alguna anécdota en la realización de cualquiera de las fotografías que aparecen en el libro

Por darle un toque un poco cómico, esta anécdota es de varias fotos que hice para una cadena de pastelerías francesas gourmet. Fui allí una jornada para enseñar a la community manager cómo hacer las fotos para su Instagram y de paso sacarles algunas fotos yo para redes sociales.

Colocamos el set en el suelo junto al ventanal del escaparate para aprovechar la luz natural. Pero, justo nada más empezar la sesión, cuando me agaché para tomar una foto, ¡mi pantalón hizo crac!

¡Qué vergüenza! (y qué incómodo). Tuve que estar todo el día con un agujero gigante en el pantalón. De ahí aprendí que, para hacer sesiones de fotos, es mejor llevar ropa cómoda, como pantalones elásticos. Y si puede ser de color negro mucho mejor, para que no contamine el color de la ropa la escena.


Más información del libro «FOTOGRAFÍA DE POSTRES Y DULCES» de la Colección FotoRuta

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