Nuevo libro. Fotografía de acción y deporte de Jaime de Diego


¿Cuál y cómo fue el recorrido que te llevó a dedicarte a esta especialización en el mundo de la fotografía?

Lo cierto es que no fui un niño de esos que nació con una cámara debajo del brazo… mi pasión por la fotografía surgió cuando comencé a estudiar un ciclo de grado superior de imagen y conocí todas las posibilidades que me podía ofrecer una cámara de fotos. La primera fotografía que publiqué la realicé mientras estudiaba, concretamente formaba parte de un trabajo de la asignatura de fotoperiodismo y es una imagen a la que tengo especial cariño.

Ángeles Regueiro, nuestra profesora, nos encargó realizar un reportaje de algo que pudiera ser noticia, que se pudiera ilustrar con fotografías y tener suficiente calidad como para publicarse en un periódico. Tras buscar y buscar temáticas y noticias, encontré que el exseleccionador nacional de fútbol, José Antonio Camacho, iba a dar una rueda de prensa en un centro comercial, así que rápidamente llamé y tras llorar y suplicar una acreditación, la conseguí (créeme, no fue tarea fácil, me sentí muy cercano a Peter Parker). Tres días después me presenté en la rueda de prensa, hice las fotografías (en película y blanco y negro) y dio la casualidad de que uno de los medios que estaba allí no tenía fotógrafo y me ofrecieron comprarme varias fotografías. Recuerdo los sudores y el  gran nerviosismo que inundo mi cuerpo, y me fui corriendo a casa para revelar mi carrete, positivar las fotos, y presentarlas al día siguiente en el periódico. Lo cierto, entre nosotros, es que las fotos no eran ninguna maravilla, pero aun así me las compraron, y los más importante, me las firmaron. Por lo que el trabajo que presente en clase fue directamente la sección de deportes del periódico donde aparecía mi fotografía. Quizás este momento marcó mi carrera, desde ahí comencé a practicar y a acreditarme en todo tipo de eventos, carreras y espectáculos para conseguir un buen nivel, y aprender a moverme entre otros fotógrafos, en situaciones de estrés, y sobre todo al uso del flash de mano, y al de la ampliadora de blanco y negro. Meses después, nada más acabar los estudios, presenté algunas fotografías de acción a la editorial Motorpress Ibércia y con tan solo 19 años comencé a trabajar como Freelance realizando fotografías para algunas de las cabeceras de deporte más importantes de este país.

Desde aquel momento, creo que han sido muy pocos los trabajos de algo que haya fotografiado, que no tengan movimiento.

¿Qué aporta de nuevo tu libro en la oferta editorial dedicada a la fotografía?

Creo que el sector de la acción y el deporte siempre ha sido una disciplina poco valorada, quizás también menos glamourosa frente al retrato, la moda o las grandes exposiciones de fauna y naturaleza. En general, realizar una toma de acción exige técnica, un gran conocimiento del material fotográfico, viajar hasta una localización recóndita cargando con gran cantidad de equipo, trabajar de forma ágil y realizar una entrega ultrarrápida de las imágenes. Tras evaluar la oferta de libros de esta disciplina, vimos que son pocos los libros o contenidos que se pueden encontrar en el mercado asociados al análisis de estas situaciones, como capturar un instante en concreto, y sobre todo a la configuración de un equipo fotográfico para este fin. Es por esto, por lo creo que este libro puede tener muy buena aceptación entre todos aquellos que quieran adentrase en la fotografía de acción, asentar conocimientos, perfeccionar la técnica, descubrir como iluminar con flash en exteriores a sujetos u objetos que estén en movimiento y aprender el flujo de trabajo necesario para que la entrega de sus trabajos sea ágil y eficiente.

Elige una foto de tu libro y coméntanos el ambiente y circunstancias que rodearon la realización de esta foto.

Creo que tengo que compartir con vosotros una fotografía y el “detrás de las cámaras” ya que quizás así se entienda mejor cuál era mi situación mientras ocurría la acción. Como podéis ver estoy arrodillado en una pista del aeródromo, mientras un avión de acrobacias pasa por mi izquierda y una motocicleta de gran cilindrada por mi derecha. Es una situación que recuerdo con mucho cariño (sé que esto te va a resultar raro), y donde la adrenalina y la tensión brotaba por todos los poros. Siempre hay que tener en cuenta que trabajar con profesionales te da mucha seguridad y te ayuda a que una idea más o menos loca, se pueda hacer tangible. Como en todo, pueden fallar, pero la sensación general es que cada detalle siempre está bajo control.

Algo importante y que siempre comparto con los alumnos cuando imparto alguna clase es que hay que tener bien asentados los conceptos y controlar al máximo el equipo fotográfico, pues cualquier duda o confusión puede hacer que pierdas la posibilidad de capturar un instante único.

¿En qué consiste tu misión actual como “Embajador de Canon”?

Antes de nada quiero agradecer a Canon la posibilidad de ser uno de sus cinco embajadores en España, no es algo sencillo llegar hasta aquí, ha sido un camino duro, muchas muchas horas, muchos esfuerzos, muchas decepciones, y aprecio que siempre hayan valorado mi perfil. Ser embajador de una marca como Canon consiste en ser una cara amiga y visible de la marca, alguien profesional que está al otro lado, quizás se puede resumir en ser un buen prescriptor fotográfico que confía y trabaja en la marca. Por un lado, mi cometido es probar y testar material; esta capacidad analítica y de prueba que ofrecemos sobre los productos es muy interesante para el buen funcionamiento de material que ya está a la venta o para futuros modelos de cámara o de objetivos. De cada producto que probamos, enviamos o compartimos una opinión, comentario o sugerencia. Se puede decir que exprimimos mucho más el material que la media, hasta llevarlo a limites insospechados. Además, Canon busca en un embajador una faceta formativa, una figura que trabaje como formador o ponente, y que pueda impartir clases, grabar tutoriales o incluso presentar nuevos productos para cualquier nivel de alumnos, entusiastas o clientes, desde los más amateurs a los más profesionales. He tenido el placer de presentar cámaras icónicas como la Canon 1Dx Mark III o la Canon EOS R.

¿Cuáles fueron tus primeras fotos y a qué profesionales admiras más?

Mis primeras fotografías de acción fueron de mountain bike, en aquel entonces más conocido como BTT (Bicicleta todo terreno). Era un deporte que practicaba desde muy joven y que en cuanto adquirí los conocimientos necesarios, en seguida comencé a disparar sin parar. La técnica para mí era fácil; barridos, congelados, trabajar con teleobjetivos, por lo que comencé a fotografiar carreras los fines de semana.

En cuanto a profesionales a los que admiré en su momento, he de reconocer que tuve la suerte de comenzar a trabajar desde mis inicios en una gran editorial de revistas de motor y deporte como comenté anteriormente, lo que me permitió trabajar codo con codo con algunos de los fotógrafos deportivos y de acción más relevantes del panorama nacional de aquel entonces (hace aproximadamente más de 20 años). Nombres como Jaime Olivares, Mikael Helsing o Rafa Gómez, ilustraron con sus fotografías las paredes de mi habitación y mi carpeta del instituto. Por suerte son fotógrafos con los que actualmente mantengo una gran amistad.

En la actualidad me motiva mucho ver como nuevas generaciones como Charly López, vienen pisando muy fuerte y haciendo un gran trabajo. Y a nivel internacional quizás Sterling Lorence, Michael Clark o Christian Pondella son perfiles que me incitan a seguir trabajando duro día tras día.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí